UNA DE LAS
ÚLTIMAS INCURSIONES CHILENAS EN TERRITORIO ARGENTINO
Si bien las intromisiones
en estado operativo continuaron sucediéndose después de la noche del 22 de
diciembre ésta habría sido la última en la cual las tropas recibieron
instrucciones precisas de iniciar el ataque.
La foto
podría pertenecer al Destacamento de Fusileros 413 creado en 1978 y acantonado
en Punta Arenas, avanzando hacia la alambrada limítrofe en un entrenamiento
intimidatorio. Quien tomó la gráfica debió cruzar a territorio argentino.
El relato de un entonces joven oficial brinda detalles
de lo que fue la noche del 22 de diciembre de 1978 para los comandos
trasandinos.
Reproducimos a continuación la crónica subida al sitio
web http://conflictodelbeagle.blogspot.com.ar por quien no se
identifica pero entre líneas y por el tenor del relato se trataría de un
teniente que estaba al frente de una sección de comandos integrada por 35
elementos entre oficiales y suboficiales.
Tampoco se precisa la
ubicación geográfica pero evidentemente los hechos transcurrieron en el Teatros
de Operaciones Norte (T.O.N.) para el OR.BAT (Orden de Batalla) chileno dado
que da cuenta de “la frontera tripartita”.
Solo hemos efectuado correcciones sobre errores tipográficos y ortográficos para respetar la esencia del testimonio.
- Bajen rápidamente, el Comandante los
quiere ver en su oficina. Parece que paso alguna cagada.....
Saltamos con Edgardo de nuestros
camarotes, atravesamos corriendo la cuadra y nos descolgamos corriendo colina
abajo por el sendero que desembocaba en la Comandancia de nuestra Unidad.
Nuestro Cuartel era una instalación
secreta, ubicada en la cordillera de los Andes, a muy corta distancia de la
frontera tripartita y que albergaba a nuestra Unidad y a una sección de cohetes
teledirigidos alambricos.
- Permiso
para pasar mi Comandante. .
- Adelante y tomen asiento. Lo que les voy
a decir es grave y necesito que se juramenten conmigo a guardar
confidencialidad absoluta de lo que les voy a ordenar, hasta que no estén en
dirección a su zona de operaciones.
- Usted nos conoce mi Comandante. Puede
confiar en nuestra discreción.
- Hemos recibido información de la División
respecto al tema de los argentinos. Aparentemente, la Escuadra Argentina navega
en dirección a nuestro mar jurisdiccional, se han detectado fuertes
concentraciones de tropas cerca de nuestra frontera, están reuniendo aviones en
Salta, Córdoba, Mendoza y otras ciudades del Sur y se espera que esta noche o a
mas tardar mañana, se inicie el conflicto…
Con Edgardo nos miramos serios,
entendiendo claramente lo que eso significaba para nuestra Unidad de Comandos.
- Los equipos SAPO -continuó mi Comandante- detectaron además movimientos de
tropas argentinas en la frontera de nuestra jurisdicción. Aparentemente los argentinos
se quieren descolgar y avanzar con una unidad mecanizada e Infantería hasta
Santiago de Chile y meter una columna hasta la Central Hidroeléctrica más próxima.
Por el momento Mendoza no es una preocupación, pero si llegan a Santiago, van a
tomar control de la energía eléctrica que alimenta la capital, además de otros
sectores.
- Donde nos quiere mi Comandante? - pregunté
- Lo que les voy a pedir, es peligroso y
es posible que ninguno de ustedes vuelva. La información que tenemos es la
siguiente… Unidades de soldados argentinos y algunos blindados se están
concentrando a dos kilómetros al otro lado de la frontera, a unos 40 metros del
camino Internacional. Necesito que tu Unidad se infiltre a partir de las 6 de
la tarde y si no reciben contraorden por la BLU a las 23:00 de hoy, (eran las
08:30 a.m.) quiero que ataquen con misiles LOW a los argentinos, y les hagan
mierda los blindados y los camiones cisterna con combustible. Posteriormente,
quiero que den de baja a la mayor cantidad de soldados que puedan y después,
evacuen la zona de operaciones.
- No hay problema mi Comandante. Puede
contar con nuestra Unidad. Vamos a necesitar eso sí una Sección de Infantería
para que nos preste apoyo en este lado. Seguramente la evacuación va a estar
complicada ya que vamos a venir arrastrando heridos y nos van a dar con todo…
- No se preocupe. Lo voy a apoyar con todo
lo que tengo. Preocúpese exclusivamente de equiparse con todo lo que necesite y
nos juntamos a las 15:00 a hacer la revisión de cartas y afinar los últimos
detalles.
- A
su orden mi Comandante… ¡Permiso para retirarnos!
Nos levantamos, saludamos y nos retiramos. Una vez que atravesamos la puerta,
partimos a la carrera hacia nuestra cuadra.
- Llamá a formar a toda la Unidad Edgardo.
En dos minutos, Apúrate... ¡corre más rápido!.
A Edgardo casi no se le veían los pies.
Volaba por el sendero en subida en dirección a la cuadra. Me quede en la
explanada a un costado de nuestro alojamiento, esperando la salida de los
Comandos y escuchando los gritos de Edgardo:
¡¡¡salir a formar mierda!!!.... ¡¡¡muevan el culo!!! ..
¡¡¡raaaaapidooo!!!....
Una patada abrió la puerta y en tropel empezaron a salir como gatos los
miembros de mi Unidad de Infiltración.
- ¡¡¡Formar mierda!!! ... ¡¡¡no los veo
formados!!!... ¡¡¡vistaaaal!!!..... ¡¡¡vistaaal freeennnn!!!"...
En dos minutos Edgardo tenía a mis 34 viejos formados. Todos comandos.
- El Comandante de la Unidad nos acaba de citar a su oficina, nos hizo un
resumen del estado de alistamiento en el cual se encuentran las Fuerzas Armadas
en todo el país consecuencia de los movimientos de tropas de los vecinos y nos
ha entregado una misión que deberemos cumplir, haciendo uso de todas las
técnicas atingentes a nuestra especialidad. ¡Vamos a tener la oportunidad de
demostrar porque somos las mejores tropas del Ejército y porque nos pagan los
mejores sueldos!... Cada Jefe de Agrupación se va a preocupar de que su
personal se equipe con armamento completo, Fusil SIG, 8 cargadores, 500 tiros,
pistola Beretta 9mm., 1 corvo atacameño, 1 puñal de combate, 4 granadas de
mano, 1 cohete LOW, 2 raciones, 2 cantimploras y linterna.... adicionalmente,
cada agrupación llevara cargas explosivas APD cónicas de 1/4 y 1/2 kilo, 2
visores nocturnos y 1 radio BLU… ¡Esta va a ser nuestra noche Comandos!… ¡¡¡La Patria o la Tumba!!!…. Inspección
de Equipo en una hora. ¡Cada Jefe de Agrupación retire a su personal!…
Me dirigí con Edgardo a la cuadra, sacamos nuestros arneses, ropa de abrigo,
saco de alistamiento, mochila de combate y morral de cintura y nos dirigimos a
material de guerra a retirar armamento.
En el camino nos encontramos con el Teniente
de la Sección de Infantería que nos iba a cubrir durante la retirada, cuando
nos estuviésemos aproximando de vuelta a nuestra frontera.
-
Mi Teniente ¿qué cresta pasa? me llamó mi Comandante y me pidió que me
coordinase con usted y que le prestase toda la colaboración que usted pidiese…
- Así
es Teniente, síganos y conversaremos en el camino.
El Teniente (menos antiguo que yo), se nos
pego al lado y emparejando su paso a mi tranco, se dispuso a escuchar.
- Esta la cagada Teniente… el asunto se viene en serio y nos están movilizando
a una misión que todavía no le puedo comentar. Lo que sí le voy a pedir, es que
prepare a su sección para cubrirnos con suficiente poder de fuego, así que
retire armamento completo y consígase unas 6 F.A. Reihnmetal, suficiente
munición y todo lo necesario para sostener una posición y colaborar en el
retiro de posibles heridos. Muévase con su personal, no les cuente mucho… sólo
dígales que esta huevada es en serio… aliméntelos bien y nos juntamos al costado
del rancho en dos horas.
- ¡A su orden mi Teniente!, Me voy
volando.
A esa hora el Cuartel entero ya estaba convulsionado. Todos se movían como en
un tablero de ajedrez.
Llegamos a Material de Guerra, nos
aseguramos que se estuviesen cumpliendo mis órdenes y nos dedicamos a retirar
el armamento necesario. Me instale los porta-granadas en la pierna izquierda,
me puse a armar las POI, les instale el multiplicador, les deslice el espiral
ofensivo, las metí en la funda y me instale en mi arnés los cilindros con los detonadores.
Retiramos munición, armamos los cargadores
con una trazadora cada 5 tiros y nos empezamos a cargar el cuerpo con todos los
elementos necesarios. Se iba llenado la mochila de combate y el morral de
cintura.
A la hora exacta el personal ya estaba listo
para la Inspección. Todo estaba perfecto. Los viejos eran profesionales y
sabían exactamente lo que debían llevar, donde y como.
- Señores... van a tener una hora para ir
al baño, escribir cartas y nos vamos a juntar en el rancho para un buen almuerzo.
Edgardo ¡retíralos!
Nos fuimos con Edgardo a la cuadra, nos sentamos y cada uno por su lado empezó
a escribir una carta, la cual dejaríamos encargada "por si acaso".
Una vez terminado esto, una ducha, una
visita al baño y ya estábamos listos para bajar a almorzar.
Al entrar al Rancho sentimos el ¡¡¡PEERSONAAL...
ALTO!!!!... “
- En descanso... Que el personal coma todo
lo que quiera y tome la mayor cantidad de líquido que pueda.
Nos sentamos con Edgardo y por ser este un almuerzo especial, almorzamos con
todo el personal. Nadie bromeaba, todos estaban "anormalmente"
silenciosos.
A las hora fijada, revisamos la última
información con el Comandante y nos dedicamos a fijar el punto por el cual
haríamos la aproximación, la infiltración y donde posicionaríamos nuestro LAM
(Lugar de Apresto de Misión). Asimismo, verificamos las cotas, marcamos las
cartas con el azimut y retro azimut y repasamos todos los detalles de la
misión.
El Comandante nos ordenó estar listos para
partir a las 16:00 y le pedimos permiso para retirarnos a preparar los últimos
detalles con el personal.
Cuando llegamos al costado del Rancho, el
personal estaba listo con todo su equipo preparado. Algunos terminaban de
"maquillarse", otros afilaban sus corvos, otros limpiaban
interminablemente sus armas.
- ¡¡¡Formaaaaar!!! - gritó Edgardo con ese vozarrón que lo caracterizaba.
Pasamos la última revista y en ese momento apareció el Comandante de la Unidad.
- ¡¡¡Personaaal Alto!!! ¡¡¡Atención...
vista a la DEEEREEE….!!!
- Buenas tardes mi Comandante, Unidad de
Infiltración formando con 35 hombres, sin novedad mi Comandante.
- Perfecto Teniente. Les voy a dirigir
unas palabras antes de que embarquen.
Me moví al costado de mi Comandante, dos pasos atrás y me puse en posición de
descanso. Mi Comandante puso a la Unidad en descanso y les dijo lo siguiente:
- Señores... Nuestra Patria está siendo amenazada por 3 Países al mismo tiempo.
El enemigo se prepara a invadir nuestras ciudades, nuestros valles y nuestros
campos. Nosotros tenemos la misión de evitar que cumplan su cometido y a esta
Unidad se le ha encargado una misión particularmente importante y peligrosa.
Les voy a pedir que entreguen lo mejor de sí como siempre lo han hecho y que
piensen que la seguridad de la patria y de sus familias está en sus manos. Si
ustedes fracasan en su misión, civiles inocentes van a morir. Háganlo bien y
que Dios los proteja…
El Comandante no encontraba las palabras para terminar su arenga, así que como
una forma de dar por terminado el discurso, me dio una mirada y moviéndome un
par de pasos, grite …
- ¡¡¡Atención!!!.. ¡¡FIIIRR!!!...
Después de eso el tiempo pareció volar.
Llegaron los camiones Unimog, cargamos los equipos y el personal estuvo listo
para partir a las 16:30.
A la hora indicada, nuestra Unidad y la
Sección de Apoyo, se empezaron a mover a la frontera lentamente. El sol ya
empezaba a esconderse hacia el Oeste. Debíamos llegar a la Zona de Infiltración
a las 17:30 a más tardar, coincidiendo con la puesta de sol. Desde ahí hasta el
punto en el cual estaban acantonadas las Unidades enemigas nos demoraríamos
unas dos horas, moviéndonos por una quebrada angosta que desembocaba a unos 120
metros sobre el campamento de los argentinos.
Llegamos al punto hasta donde nos
llevarían los Unimog alrededor de las 17:15 hrs. La zona de apresto estaba
ubicada en un punto protegido a unos 400 metros de la frontera argentina.
Rápidamente el personal se preparó y se
dividió en 3 equipos. Por otro lado, los infantes de la sección de apoyo se
preparaban a esperar hasta las 11 de la noche, hora en la cual avanzarían los 400
metros que faltaban para la frontera, lugar en el cual esperarían parapetados a
que nuestra Unidad iniciase el regreso a casa.
- Personal... agruparse a mi alrededor. Edgardo... selecciona cuatro Comandos y
mándalos avanzados unos 300 metros. Que lleven una BLU con los audífonos
puestos. Avance silencioso.…
- Equipos 1, 2 y 3, avancen con una
distancia de 50 metros. Preparen las armas y pongan el seguro…
Se escucho el chasquido seco de los cierres y el personal rápidamente se empezó
a movilizar en columnas hacia territorio argentino. Una mirada de reojo a los
infantes que se mantenían sentados en grupos en un costado de la quebrada. Todo
era silencio, nadie hablaba.
La marcha duro alrededor de dos horas y
media. Nos habíamos mantenido en comunicación con el equipo de exploración cada
5 minutos, mediante las BLU: tres toques al ptt indicaban que todo estaba bien.
Alrededor de las 20:00, hicimos contacto
visual con el equipo de exploración. dos de ellos nos esperaban en una curva de
la quebrada.
- Mi Teniente estamos a 200 metros del punto. Los argentinos están acantonados
afuera de la quebrada, en una hondonada bajando hacia el lado derecho. No vimos
guardia perimétrica. Pero sí se ven vehículos moviéndose en ambas direcciones
hacia la carretera internacional.
- Bien hecho Comandinga. Llévenme al lugar.
Vamos a ver qué es lo que tenemos.
A esa hora la única iluminación era la que
daba la luna. Había una preciosa luna llena que alumbraba toda la cordillera.
Avanzamos con cuidado por la quebrada y a unos 150 metros empezamos a escalarla
por el costado derecho en diagonal. Al Llegar arriba nos encontramos con los
dos comandos que faltaban. Nos hicieron señas de tendernos y uno de ellos se
nos acerco reptando.
- Mi Teniente, desde el punto donde esta mi Sargento Primero, se puede ver todo
el campamento argentino. Parece que son unas tres Compañías de soldados y una
agrupación de blindados. No hemos visto Tanques.
- Devuélvete... vamos a echar un vistazo.
Cuando nos emparejamos con el Suboficial más avanzado me miró y me paso el
visor nocturno. Ya estaba encendido. La noche se volvió verde. Las mismas luces
del campamento nos permitían verlos con claridad. La mayoría del personal argentino
se encontraba descansando y realmente... no se observaban centinelas ni perros.
La confianza de estar aun dentro de su País.
El campamento estaba unos 80 metros más
abajo de nuestra ubicación, hecho que nos permitiría ubicar a nuestros hombres
en una posición extremadamente ventajosa y lo que aun era mejor... la puerta de
salida la mantendríamos abierta.
- Manténganse vigilando Suboficial. Yo me devuelvo a buscar al personal.
Repte hacia atrás lentamente, y empecé a bajar hacia el fondo de la quebrada. A
los pocos minutos, ya estaba reunido con el personal. Los Jefes de Equipo se me
acercaron apenas me vieron volver y en silencio, escucharon las órdenes:
- Avanzar a la cola de mi caballo, hasta llegar al punto en el cual
esperaríamos el ataque. Posicionarse linealmente respecto al campamento
enemigo, fijar su rango de ataque horizontal en 60 grados, asegurar los blancos
que estén dentro de su rango de ataque y mantenerse ocultos por el borde la
quebrada hasta que se de la orden de prepararse para el ataque.
El personal rápidamente y en completo silencio, empezó a movilizarse atrás mio.
Llegamos al punto en el cual tendríamos que empezar a escalar la quebrada y por
más que intentaba escuchar algún ruido delatador el silencio era total. Estos
viejos sabían moverse con sigilo y la verdad es que si alguien los escucha ya
es demasiado tarde.
A unos 15 metros de la salida de la quebrada, rodilla en tierra, empezó la
distribución del personal. Edgardo tomaría el ala izquierda del ataque y yo
tomaría el Centro y la derecha. Nos miramos, nos dimos un abrazo y lo vi
moverse con su equipo ahora ya arrastrándose.
Hice avanzar al equipo 2 hacia mi izquierda y al equipo 3 hacia mi derecha.
Estábamos separados por unos 3 metros entre hombre y hombre. Quienes estaban a
cargo de los Low se los descolgaron y se dispusieron a seleccionar sus blancos.
No se escuchaba más que la suave brisa cordillerana.
Ya eran cerca de las 21:30 y nos quedaba
una hora y media para descansar y prepararnos. La noche no estaba helada.
Estábamos con unos gruesos chalecos sobre la tenida de combate y la parka N.A.,
guantes de lona y pasamontañas recogidos.
Las 22:00... Muchos de los Comandos se
miran y soban sus armas. Nadie habla.
Las 22:15... Se puede oler el nerviosismo
de los Comandos. Aun cuando nadie habla y los movimientos son los mínimos, es
fácil notar la tirantez en el ambiente.
Las 22:30... Me enderecé lentamente y le
di la orden a los soldados más cercanos. ...
- Pasar la voz... Tomen sus posiciones...
En un par de segundos el personal empezó a moverse hacia sus posiciones de combate.
Lentamente y en silencio cada uno ocupó su lugar y se preparó. Faltaba media
hora.
Pensé rápidamente en cada uno de mis
hombres, en sus familias, en la mía. Qué estaría haciendo Patricia en estos
momentos... estaría pensando en mi seguro .
En estos mismos instantes, varias
agrupaciones de Comandos, previamente infiltrados en Perú y Bolivia, estarían
seguramente mirando un escenario parecido al mío acá en suelo argentino.
22:40 ...
- Pase la voz soldado... Estiren los LOW y
que el personal fije sus blancos...
22:45 ... Se me acerca el soldado con la BLU. Estaba tendido a solo unos metros
de mi posición.
- Mi Teniente... llego la contraorden...
- ¿Estás seguro wueón?... Pide
confirmación...
El Soldado volvió a mandar una solicitud de confirmación y en menos de 10
segundos
me volvía a mirar.
-
Confirmado mi Teniente... cancelada la misión...
Lentamente me acerque a los soldados más cercanos a mi posición y les di la
orden de pasar la voz y replegarse lentamente hacia la quebrada.
Con una calma increíble cada uno de ellos,
retrocedió unos metros y en fila india se empezó a descolgar por el sendero que
bajaba hacia el fondo de la quebrada.
Retrocedí unos metros y me quede rodilla
al suelo esperando que todos ellos bajaran. A los segundos vi llegar a Edgardo
con su equipo.
- ¿Que cresta pasa mi Teniente?...
- No se Edgardo. Llegó contraorden y
tenemos que devolvernos. Baja con tu gente a la quebrada y avanza unos 200
metros. Allá conversamos.
Doscientos metros más abajo el personal agrupado en equipos, vigilante, aun
tensos como cuerda de guitarra.
Me reuní con Edgardo y con los Jefes de
Equipo.
- Extremo cuidado con los cohetes LOW. Están todos desplegados. Que nadie los
manipule, hasta que no lleguemos a la zona de extracción. Pasen la voz y a moverse.
Edgardo, mandá un equipo avanzado. No sea cosa que los Infantes nos hagan cagar
a titos cuando nos estemos acercando.
- A su orden mi Teniente. ¡Chucha!... se
salvaron los argentinos
- Si Edgardo... se salvaron. Ahora muévete
con tu equipo.
La vuelta fue rápida. Alrededor de las 01:00 nuestro equipo avanzado ya nos
comunicaba que había tomado contacto con los Infantes y que el personal estaba
asegurando armas.
Pasamos caminado en silencio por el lado
de los Infantes. Nuevamente nadie habló. Seguimos caminando rápidamente hasta
llegar al punto de extracción.
El personal rápidamente se embarco en los
camiones, dando preocupación principal a los famosos LOW. Estaban vivos. Una
leve presión sobre el disparador... y empezarían los fuegos artificiales.
Los camiones se empezaron a mover
lentamente en dirección al Cuartel. La gente empezó a conversar, a bromear y a
reírse. Habíamos estado cerca. A minutos solamente.
Antes del amanecer, ingresábamos al Cuartel. Aun cuando todo estaba oscuro, el
movimiento en el Cuartel era fácilmente perceptible.
El resto fue toda rutina. Reportarle al
Comandante, hacernos cargos de los LOW, entregar munición y después a comer y a
calentar el cuerpo con un trago de pisco.
Entonces supe qué había ocurrido. La flota
argentina que navegaba directamente a nuestro territorio, se había devuelto a
sus Puertos porque con el mal tiempo los marinos argentinos se habían mareado.
Esto había cancelado la misión.
Todo se fue calmando con el paso de los
días. No obstante, nuestro equipo siguió con sus patrullas e infiltraciones
para observar la actividad enemiga.
No se qué habría pasado. No sé si
habríamos vuelto. Solo sé que si no nos hubiesen cancelado la misión a las
23:00 les habríamos llevado al infierno a los argentinos.