sábado, 18 de julio de 2015

¿QUE TENÍA EL CORONEL EN SUS RODILLAS?

Da cuenta un memorioso del 78 que un oficial subalterno estaba amargado porque le habían aplicado "tres días tres" de arresto (que cumplió rigurosamente en el vivac) por orden del jefe de otra unidad, un gruñón y temido coronel.
Pero no solo afligía al joven oficial su encierro sino que la sanción en cuestión con detalles de su causa quedarían en su legajo cuya copia manos aviesas podrían hacerle llegar a su también joven y bella esposa: “ingresar y permanecer en un lugar público en presencia de otros oficiales superiores junto a una mujer no siendo su esposa” (lluvias de chanes y fanfarrias)
Entre lamentos escuchó el joven oficial los dichos de un soldado que aumentaron su indignación: “De qué se escandaliza el coronel si la semana pasada yo fuí al quilombo de la zona y cuando entré él estaba sentado en un sillón del living y tenía a una puta sentada en su falda” (lluvia de clarines tocando a Silencio)

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