EL PRIMER OFICIAL DE EJÉRCITO QUE PROCLAMÓ EL
RECONOCIMIENTO A LOS VETERANOS DEL BEAGLE
El viejo guerrero desfiló en el 70 aniversario de la creación del Liceo
Militar “General Manuel Belgrano”.
El Teniente Coronel De la Cuesta Ávila hace su paso frente al palco oficial emplazado en la Av. Alte. Brown y con la clásica venia saluda a las autoridades y rinde honores a la enseña nacional.
Su presencia no pasó desapercibida porque el peso del tiempo sobre sus
espaldas no le impidió participar del desfile realizado en la avenida costanera
de la ciudad de Santa Fe como parte de los actos celebratorios del 70
aniversario del liceo militar.
Fue estruendosamente aplaudido su paso por la avenida Almirante Brown
por parte de la nutrida concurrencia que se dio cita en el lugar para tomar
parte de la convocatoria que, vale decirlo, tuvo muy poca difusión oficial.
El Teniente Coronel (r.) Javier de la Cuesta Ávila fue ovacionado por su
entereza y espíritu, y por estar allí representando a la primera promoción del
Liceo Militar “General Manuel Belgrano” y a la promoción 74 del Colegio Militar
de la Nación.
Pero
lo que no los concurrentes no supieron es que el Tte. Cnel. De la Cuesta Ávila
fue el primer oficial del Ejército Argentino -y hasta ahora único- que proclamó
el reconocimiento de quienes participaron en la movilización militar más grande
de la historia argentina, ocurrida entre octubre de 1978 y febrero de 1979. Y
el oficial fue protagonista directo de esas acciones integrado Grupo de Artillería
Blindada 1 desplazado hacia Covunco Centro.
De la Cuesta Ávila, a través de un artículo difundido por diferentes
medios tradicionales y electrónicos ha manifestado que la Argentina debe
reconocer a los veteranos del Beagle.
Y en el libro “Hubo penas y
olvidos” transcribimos parte de ambos documentos.
En un blog donde un sicólogo
aborda el tema de la llamada “ansiedad de combate”, el teniente coronel hizo su
aporte: “Este tema tiene, además de los efectos operativos, alcances de tipo
legal que significan la calificación como “veteranos de guerra”. Los países con
“experiencia de guerra” son muy cuidadosos y extensivos en esta cuestión. Por
lo contrario, los “no” expertos, (Caso Argentina) no lo atienden en la medida
requerida y son restrictivos en sus alcances”.
Se refiere De la Cuesta Ávila a que “la situación de los veteranos de guerra
tienen como origen la iniciación del trauma de la ansiedad del combatiente que,
conforme los estudios realizados, comienza con la incorporación para actuar en
una operación de guerra”. Continúa diciendo el militar argentino que la mala aplicación de este tema, afecta a
los combatientes y a los futuros combatientes, ya que, al no actuarse correctamente
se crea un ´desengaño´ que lo afecta moralmente y le provoca rechazo a la
sociedad”.
Por otra parte, en una carta pública el teniente coronel señaló que “El trauma de la ansiedad de combate se
posesionó de todos, en algunos florecía el heroísmo dispuesto a la lucha, en
otros la prudencia ante el riesgo peligroso, pero nadie soñaba en dejar de
cumplir su deber” (…) “Aquel atardecer del 22 de diciembre significó la
antesala de la batalla. Las tropas salieron de sus alojamientos y se
desplazaron a sus posiciones. Los minutos se hacían horas, la tensión crecía
junto con la llegada de la noche, cuando las luces al frente desaparecían, los
soldados argentinos y chilenos ´sabían´ que el momento del combate estaba por
llegar”.
“(…) Como la Nación fue tardía
en reconocer a los héroes malvinenses, ella ha olvidado a los que sin pelear
ofrecieron sus vidas por la soberanía, cumpliendo su deber, en la ´Operación
Soberanía`. Gloria y honor a los veteranos de guerra del Beagle!!!”.